lunes, 8 de febrero de 2010

Lune Di

El cigarro mañanero le mareó un poco, lo justo para sentirse medio bien de despertarse. Era Lunes, le gustaban los lunes, vería como se desarrollaba, pero eran como nuevos comienzos, aunque finalmente siempre iguales, bueno no todos, hubo uno mucho mejor que los demas, aún lo recordaba, cuando se dejo ir, fluyo con la noche, la espuma y la risa, acabó despidiendose descubriendo la pequeñez de ella, y su maldita inseguridad.
Pero había gozado del frotar de las narices, del juego.

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