martes, 8 de mayo de 2012

Banco de otoño

¿Y si la vida no era mas que dejarla pasar?... La espuma del mar le bañaba sincopadamente los pies. No existía ningún final feliz, por eso se enturbiaba los caminos, vaya curioso destino los cuatro pies del gato aplastado en la calle. Ni una lagrima más, ni una obsesión más. En desdoblarse para dejar de pensar había vuelto a gritar mucho por la incapacidad de tomar decisiones. Las luces de la bohemia se apagaban en el cenicero lleno, las palmadas en la espalda y consejos y apoyos. David Bowie sonaba en el fresquito del otoño incipiente, la calvicie y la impotencia eran peor que la muerte, la muerte era ningún final feliz pero completa el ciclo, en otra vida terminaría algo de lo que empezó.

En el parque miró con desprecio el libro que estaba leyendo, maldita niña mala, maldita niñata ¿se reflejaba o se creaba? Un afanoso jardinero recogía las hojas de los platanos, la lluvia de ayer empapó los bancos y llenó los charcos donde bailar la felicidad que tenía escondida en el bolsillo de la chaqueta.

DEsesperanza

Las ganas de vomitar no se le pasaban ni atravesandose cigarros a cascoporro en el pulmón, decia

SIn mas

Cambio un trozo de mi cerebro por un paseo descalzo por el parque Esperanza de ser otra vez otro de los muchos que soy Cambiar la bata de doctor por la de ingenuo Ingenio que me calme la sed y me quite el mal sabor de boca Arrea carretas que me permitan subir un monton de gente para poder no ser solo